miércoles, 12 de mayo de 2010

Maria de los Angeles Zavala comenta sobre la Oracion de Jabés

fromMaria de los Angeles Zavala
toLuisa del Carmen Carolina Vigo-Cepeda
dateWed, May 12, 2010 at 10:17 AM
subjectRe: [Compartiendo mis Historias de Vida...] La Oración de Jabes
mailed-bycoqui.net


Buenos dias:
 
Que casualidad tan grande, porque yo también me desvelé hoy desde las 3:30 am. Sin embargo, no se me ocurrió prender la compu aunque me la llevé a la cama la noche anterior cuando me acosté a las 11:30 pm.
 
Lei tarde el mensaje del domingo por lo que no conteste antes.  Sin embargo, por varias razones su correspondencia de hoy la lei con mucha alegría ya que me ayuda personalmente por diversas preocupaciones.
 
Agradezco su mensaje que nos recuerda colocar nuestro quehacer, preocupaciones y esfuerzos en meditación con Dios, quien nos renueva con su fuerza y amor.  
 
No es que no seamos laboriosos, si no que antes pongamos nuestra fe en Dios que lo puede todo. No es que desconocemos esto, más bien que lo olvidamos aunque debemos estar conscientes de la comunicación con Dios cada mañana de nuestra vida antes de empezar la tarea diaria.
 
Gracias, muchas gracias por sus meditaciones. 
 
Como todo en esta vida las cosas tienen lados positivos y negativos, podemos decir que el tiempo de huelga nos ha permitido meditar sobre esta area de nuestras vidas.
 
Hasta muy pronto,
 
María de los Angeles

Maria Ledesma comenta sobre mi primera experiencia de vida

nFrom: Maria Ledesma
Date: 2010/5/11
Subject: Re: [Compartiendo mis Historias de Vida...] Hoy, domingo 9 de mayo he vuelto a nacer...


Querida y admirada Dra. Vigo:

Me encanta que nos haga estas historias.

Sucede que de un tiempo hacia acá mi conciencia ha despertado, en un sentido, y ya no solo paso por la vida sino que estoy alerta y receptiva a lo que me rodea, y es como si pudiera ver las cosas en cámara lenta.

Aquí veo muchas cositas interesantes aparte de que tuvo la oportunidad de nacer de nuevo...

Primero, el asunto del tiempo...qué es una horita para compartir con un ser amado al que no se ve con tanta frecuencia? Tantos preparativos, tantos regalos, tantos detalles a considerar para que todo combine y fluya armoniosamente. Hasta puedo imaginarme la manta y las gafas de sol!

Es cierto que solo pudo compartir con su madre unos minutillos, pero todos esos preparativos llevaron un tiempo, primero para concebirlos en su mente y luego para materializarlos.

Aún después de los contratiempos decidió que enfrentaría a Nívea con tal de poder agasajar a su madre en su día especial. Que solo estuvieron quince minutos? Como dicen los anuncios de VISA: "priceless"... 

El segundo asunto es el de los contratiempos... Así es la vida...hacemos planes, plan A, plan B y plan Z, pero en esos planes todo es perfecto, nos sentimos poderosos! Los percances llegan para que hagamos un alto, o al menos algunos ajustes a lo que hacemos normalmente. Casi siempre en el momento nos resistimos y nos enfurecemos pero después que pasa la tormenta podemos ver con claridad...A veces hasta agradecemos a la vida que nos haya cambiado el plan.

En cuanto al ángel que la socorrió, propóngase devolver ese favor, pero no a la misma persona que hizo algo por usted, eso sería muy fácil. Esté alerta a las oportunidades y cuando vea las señales, láncese.

Para cerrar quería mencionar:

1) que estoy segura de que su madre pudo sentir todo el amor detrás de los detalles, aunque solo fueran 15 min, que

2) debe celebrar de ahora en adelante esta nueva fecha de nacimiento

3)en La Hacienda venden un chocolate de la marca Lindt, con 85% de cacao y bien negrito, solo 5 gramos de azúcar, tiene que probarlo...

4) Siga visitando la Tasca de Yiyo porque se ve que ahí la quieren mucho a usted

5) pero, cuide mucho su Mac que no se le vaya a quedar en alguna parte.

Gracias por compartir su experiencia y un abrazo fuerte.


María Ledesma Amador

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Infinitas gracias a Maria por su reacción a mi primera expresión de vida, por  sus gentiles comentarios y recomendaciones.  Bienvenidas sean siempre.

martes, 11 de mayo de 2010

La Oración de Jabés

Hoy es miércoles, 12 de mayo de 2010

Son las 2:18 de la madrugada.  Me desvelé y abri el correo.

Me encontré con un mensaje de Surey Avilés en el cual me cuenta que su esposo se encuentra en el Hospital Cardiovascular y me solicita que le pida a mi Angelito, el que me auxilió en el puente, que la auxilie.  Pues, mi Angel, me ayudo y antes que me diera cuenta, se fue.  Pero su pensamiento y sentimientos quedaron conmigo. De repente vino a mi mente la Oración de Jabés.  La comparto con ella,  con mucho cariño.

Mi querida Surey:

Dios Todopoderoso velará por tu querido esposo y ten la seguridad que pronto sanará y la alegria reinará nuevamente en tu hogar. 

El pensamiento positivo y la Fe en el Señor les dará, tanto a tí como a él, las energias que necesitan para contrarestar todo lo que les acongoja en este momento.

La Fe y el Amor salvan y sanan. Tienes mucha Fe y un Amor que irradia raudales de energía y fortaleza, y esos son los elementos claves. Piensa lo bueno y se te dará.

Oraremos solicitándole a Nuestro Señor que les envíe radiaciones de Sanidad Divina y mucha energia vital, positiva.  Mi pensamiento positivo se une al tuyo para pedir al Señor, fervorosamente.

Por ahora, recibe de mi parte un abrazo muy calido, lleno de mucha energia.

Dejo en tus manos La Oracion de Jabes rescatada a través de
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Queridos amigos del Camino:

Hace poco leí un librito llamado “La Oración de Jabes”. Se trata de la oración de un hombre mencionado en un solo pasaje de la Biblia, I Crónicas 4:9,10, en medio de largas genealogías de las tribus de Israel. ¿Por qué llama tanta atención esta oración? Porque Dios le concedió lo que pidió. Este hecho motivó al autor del libro a hacer suya esta oración TODOS LOS DIAS DE SU VIDA. Ahora testifica que Dios ha hecho lo mismo para él que hizo para Jabes.

Vamos a verlo en la traducción de la Biblia de las Americas:
“Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo:
¡Oh, si en verdad me bendijeras,
ensancharas mi territorio,
y tu mano estuviera conmigo
y me guardaras del mal
para que no me causara dolor!”
Es una magnífica oración para cualquiera que cree que Dios es el Padre bueno que da buenas cosas a Sus hijos (Mateo 7:11). Tiene cierta semejanza con “El Padre Nuestro” que Jesús enseñó a Sus discípulos, otra oración modelo que es buena para cada día. De hecho, hay muchas oraciones en la Biblia que traerían muchísimas bendiciones a nuestras vidas si las hiciéramos regularmente. “No tenéis, porque no pedís” (Stgo. 4:2).

Me gustaría hacer mis propios comentarios sobre esta oración. “Oh, que me bendijeras en verdad…” El Padre ya nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (Ef. 1:3). Estas bendiciones datan desde el momento de creer y estar en Cristo (I Cor. 1:30) e incluyen:
la elección para ser santos,
la predestinación para ser hijos,
la gracia impartida,
la redención y el perdón por la sangre de Cristo,
el conocimiento del misterio de Su voluntad de reunir todas las cosas en Cristo,
la herencia y el sello del Espíritu Santo que garantiza nuestra redención final (Ef. 1:4-14).
Estas son las bendiciones que tenemos ya, no debemos seguirlas pidiendo. Pero hay otras bendiciones que necesitamos pedir para recibir y seguir pidiendo día tras día. Pablo pidió éstas por los efesios (1:15-21 y 3:15-20), los filipenses (1:9-11), los colosenses (1:9-12) y los tesalonicenses (3:12,13). Estas son las bendiciones espirituales que necesitamos:
• espíritu de sabiduría y revelación en un mejor conocimiento de Dios
• certeza de nuestra esperanza, de Su herencia en nosotros y Su gran poder para con nosotros
• fortalecimiento en el hombre interior por Su Espíritu
• establecimiento en el amor para conocer Su amor por nosotros
• llenura de toda la plenitud de Dios
• abundancia en ciencia y conocimiento para aprobar lo mejor
• llenura de frutos de justicia para la gloria de Dios
• llenura del conocimiento de Su voluntad en sabiduría e inteligencia espiritual
• un andar digno del Señor, agradándole, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios
• fortalecimiento con Su poder para paciencia y longanimidad
• crecimiento y abundancia en amor
• firmeza en la santidad para la venida de Jesucristo
Todos necesitamos bendiciones espirituales y materiales. Bendiciones son aquellas cosas que vienen del Buen Padre que hace el bien para Sus hijos. El quiere que pidamos, busquemos y llamemos para que sepamos que en realidad dependemos totalmente de Su cuidado, ayuda y gracia en esta vida. Oración es dependencia, es la fe en acción. La actitud de uno que pide bendiciones es de dependencia y no de independencia, así vivmos o andamos por la fe y no la vista (II Cor. 5:7).

¿Quieres las bendiciones de Dios? Pídelas. No presumas que El vaya a hacer lo que nos ha mostrado que debemos pedir con perseverancia. Jabes pidió las bendiciones verdaderas, o sea claras demostraciones de que Dios está escuchando y contestando la oración. Por esto a mí me gusta añadir lo que necesito hoy: “Que me bendijeras con tu paz en las muchas tensiones de mi horario para hoy; con meditaciones ricas de tu Palabra durante el día; y con la oración continua que me anima y motiva tanto…” ¿Cuáles bendiciones necesitas tú “hoy”? Pídelas. Dios será tan específico contigo como tú eres con El.

“… que ensancharas mi territorio” es la petición de un agricultor que quería más lugar para sembrar o pastar sus animales. Para un hombre de negocios sería “más clientes”. Para un doctor, “más pacientes”. Para una ama de casa, “más amigas”. Para todo cristiano sería bueno orar así para “más oportunidades de evangelizar, enseñar o servir.” Más territorio implica más trabajo, así que no pidas esto si no tienes la disposición de explotar el terreno nuevo a lo máximo. Eliseo pidió la doble porción del espíritu de Elías, su mentor. Recibió lo que pidió: el doble de milagros pero también el doble de vida, trabajo y sufrimiento.

¿Por qué quieres más? ¡Cuidado! Dios no va a contestar esta petición si es para un mal propósito. “Que aumentes mis oportunidades para que te pueda servir mejor, agradarte más y glorificarte en verdad” es la clase de petición que Dios quiere. Si es para gastar en tus propios placeres no te lo va a dar, porque sería para tu mal, no tu bien (Stgo. 4:1-3). Si quieres más para administrarlo como un buen mayordomo de Dios, no hay límites a lo que puedes pedir. Pero el corazón es engañoso (Jer.17:9). Puedes engañar a otros y hasta a ti mismo pero nunca a Dios. Así que tengamos fe pero no tengamos presunciones escondidas en esta petición por más territorio.

“Y que tu mano estuviera conmigo” es la petición de la presencia y poder de Dios en nuestra vida. Esa llenura del Espíritu Santo “sobre” nosotros nos hace valientes y audaces sin ser arrogantes y vanidosos. El “exito” verdadero no se mide en pesos o posesiones sino en resultados buenos en las vidas de los que servimos. Esto es cierto en el área de negocios y proyectos o sencillamente en la forma en que uno trabaja en su profesión o vocación. Es ciertísimo en cualquier servicio espiritual cuando los dones de Dios se emplean para el bien del Cuerpo de Cristo. En todo lo que hacemos, si lo hacemos en el Nombre del Señor Jesucristo y para la gloria de Dios, necesitamos “la mano del Señor” con nosotros. Siempre cuando el Antiguo Testamento menciona alguna obra grande del Señor, lo logró con “Su mano levantada” o “Su brazo extendido”. Dios interviene en nuestros asuntos para el bien cuando se lo pedimos.

Otra vez, algo personal. Me gusta pedir que Su mano esté conmigo “en la plática que voy a dar o el estudio que voy a dirigir o la visita que voy a hacer.” Debemos empapar cada acto del día con esta petición para que Dios sea nuestro Ayudador. Pablo se atrevió a decir que colaboraba con Dios, y cuando habló de los éxitos en su ministerio siempre decía “lo que Dios había hecho con nosotros”. ¿Qué tienes que hacer hoy que necesita “la mano de Dios” contigo? Espero que digas: “Todo lo que voy a hacer necesita Su poder” porque así es en realidad. Pide Su mano contigo para todo.
“Y que me guardaras del mal” es una petición muy necesaria porque vivimos en un mundo lleno de males porque el Maligno está sembrando la maldad en todas partes. Es casi imposible no ver, oír o sentir el mal en un día normal. David cantó muchas veces en sus oraciones "Guárdame de mis enemigos.” Cristo nos enseñó lo mismo. Pero cuántas veces no pedimos Su protección ni nos ponemos la armadura de Dios (Ef. 6:10-18) antes de salir al mundo lleno de peligros y enemigos. No es raro que haya tantos tropezones, caídas y faltas para confesar luego. El que no cree que vivimos en un mundo malo no entenderá por qué Cristo oró “Guárdalos del Maligno” (Juan 17:15).
Cuántos cristianos, sobreconfiados en su propio poder para vencer a Satanás, han caído en sus trampas porque no pidieron la protección divina. ¿Cuándo somos tentados? ¿Cuándo nos ataca el enemigo? ¿Hace citas el diablo para pelear? Un enemigo ataca cuándo y dónde no estamos preparados. El león rugiente busca a quién devorar. Los que han orado sinceramente pidiendo la protección de Dios son guardados de él. Jabes no quería sufrir “dolor”. (Su nombre viene de la raíz “dolor”. Tal vez muchas veces él había sufrido dolor, o a lo mejor su madre le puso ese nombre por el dolor que le causó cuando nació.) El mal causa dolor tan seguramente como un bebé causa dolor al nacer. El pecado es una siembra de cosecha dolorosa más adelante. Debemos pedir la protección de Dios constantemente.

Ahora bien, me pareció a mí que yo sería un tonto si no pidiera estas mismas cosas todas las mañanas en mi tiempo devocional y durante el día. Si no las pido, las pierdo. Si las pido, las recibo. Es la ley de la oración en Mateo 7:7-11. En Juan 16:24 Jesús dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi Nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo”. No seamos los tontos que no piden. Pidamos estas cosas con perseverancia.

P.D. Puedes recortar el versículo y pegarlo en tu espejo para formar el hábito diario desde temprano de pedir lo que Dios quiere hacer para ti.
Abrazos. Samuel

domingo, 9 de mayo de 2010

Hoy, domingo 9 de mayo he vuelto a nacer...

Ayer en la tarde, mi hermana Chiqui y yo visitamos a mi mamá en el lugar donde reside, en Cupey Bajo, hace cerca de un año y medio, con otros 6 ancianos. Estuvimos solo 2 horas, que es lo que nos permiten. Y debo aquilatar, aceptar y respetar ese tiempo que se nos concede, porque es el protocolo, como lo indica mi hermana..

Aparte de regalos y un globo gigante de Madres que llevaramos para ella, cargamos todos los "goodies" para efectuar una "fiestecita" de "Madres": con bizcochos de La Hacienda, de limón y pistachio, sin azúcar; refrescos y jugos dietéticos; y mantecados de vainilla y nueces, sin azúcar.

Le regale a mi mamá unos anteojos de sol, con el borde color rosa, hermosos. Le habían puesto una batita nueva, también color rosa con flores atractivas, y le puse una frisita, de esas de bebés, suavecitas, con círculos verdes, rosa y marrón. Se veía preciosa. Disfrutamos mucho y me sentí contenta.

Hoy, domingo, mi hermana Chiqui, viajaba a Chicago, a ver a Yanira, su hija, mi sobrina. Y por ello debía ir sola a visitar a nuestra mamá. Siempre que estoy sola me suceden aventuras de diversa índole.

Trabajé un poco en la mañana con mi bella CompuMacPro y, luego, me preparé para ir rumbo a Cupey. Debía visitar a mi mami, de 12:30 a 1:30, el tiempo que Nivea tiene asignado. Porque es así, y lo debo aceptar. Pero las circunstancias me traicionaron.

Primero, antes de salir, me percaté de que a mi reloj se le había agotado la batería. No tenía la hora correcta. Asi es que estaba tarde.

Segundo, al salir, en acto de desesperación, observé que dos de las llantas del auto estaban un poco vacías, por lo que me detuve a echarle un poco de aire. Perdí tiempo.

Tercero, Llegué 45 minutos tarde y Nivea me regañó. Me sentí muy triste, y apresurádamente le di el postre a mami.  Pero lo disfruto.

Le regalé una mantita rosa, de hilo, con bordados hermosos ; una exquisitez. Y dos batitas bien fresquitas. La acomodé en sus cojines pequeños, pero flamantes.  No me atrevi a requedarme.   Me apresuré a salir a la 1:30, antes de despertar la ira de Nivea.

Al dirigirme al auto, pensé que podría ir a almorzar; pero antes debía detenerme en una gasolinera para abastecerme de gasolina, y así lo hice.

Llene el tanque de gasolina, pero también le solicité al asistente de la bomba que cotejara todo lo necesario en el frente. Presioné el botón para levantar la tapa del bonete; y él me aseguró que todo estaba bien.

Cuarto, me dirigí al Puente Moscoso y, cuando iba por la mitad del trayecto, observé que el viento hizo que una cosa blanca tapara el cristal del frente, donde yo conducía.

Dios mio, de repente me di cuenta que era la tapa del bonete. Me asuste un poco, pero reaccione. A Dios gracias, no rompio el cristal. Observe por el espejo retrovisor para poder salir y ver que podia hacer; y pude iniciar ei acto de mi propio auxilio.

Salí. Como es lógico, nadie se detenía. Así es que pensé que lo mejor era tratar de bajar la tapa como pudiera. Al principio me dio trabajo, pero luego pude hacerlo; pero no cerraba. No era momento de llamar y molestar a nadie en un Día de las Madres.

Sin pedir auxilio a Nuestro Señor, pero comprendiéndolo El, me envió a un Angel, en otro Toyotita, pero rojo. El Angel, luego de hacerme varias preguntas de lo que había sucedido, me empezó a dar instrucciones. Pero El tambien gestó acción proactiva. Ninguno de los dos teníamos, lo que se necesitaba, una soga y tijera.

La creatividad reinó. Le entregué la cinta de mi Medalla Acurileana, pero de nada sirvió. Era muy corta. Traté de desprender la cinta del bultito en donde llevamos la merienda de mami, pero no se pudo.

El Angel buscó en su auto el hilo conductor plástico de su mascarilla de aire y la desprendió del objeto. Fue suficiente para amarrar la tapa del bonete a los huecos en la base del auto.

Santo y Bueno, se despidió el Angel, luego de instruirme a no conducir a velocidad.

Oré, dándole gracias al Señor por bendecirme y permitirme una nueva oportunidad en la vida. Bendije y reitere mi gratitud al Angel que me auxilió en el camino.

Estaba muy asustada y no estaba dispuesta a llegar a casa a llorar o a deprimirme. Conduje lentamente, pensando qué hacer. Pero, no era momento de llamar a nadie para auxiliarme.

Asi es que me dirigí a la Tasca de Yiyo, en la Calle Loiza. Y lo primero que hice fue contarle a mis amigos de la Tasca lo que me había sucedido.

Servicio de primera fue lo que recibí, en menos de 8 minutos. Me trajeron la copita de vino blanco que acostumbro a ingerir, para aplacar el susto y controlar la nerviosidad.

Me dijeron que lo mejor que podía hacer era comerme un chillito entero que estaba sabroso. Don Yiyo me preparó, y acompañó el chillito, dos bolitas majadas de plátano verde, plátano pinto, batata y yautía. aceite de oliva, mucho ajo, y poca sal a gusto.

Cené con mucho gusto y protegida. Y empecé a escribir este recuento. Finalmente, bajada la tensión, pedí otra copita de vino blanco y un flan de queso divino.

Y aquí estoy, iniciando esta nueva trayectoria de mis aventuras para contarlas de vez en cuando y de cuando en vez.

Me di cuenta que ya no es un 22 de mayo, mi cumpleaños, sino un 9.  Y al ser mi primer día de renovación, celebré y cuento esta historia.

Hasta pronto.

Y para los que no me conocen, soy casi nuevamente una bebé,

Luisa del Carmen Carolina Vigo-Cepeda
luisa.delcarmen.carolina@gmail.com